Luis Buñuel, Salvador Dalí y Federico García Lorca conforman, según el hispanista Ian Gibson, "el triángulo amistoso más fabuloso del siglo XX, el más amoroso, el más creativo, el más apasionante de todo el siglo XX. No hay triángulo comparable". Los tres artistas españoles, los tres genios del cine, la pintura y la literatura, confluyen en la última obra de Ian Gibson, quien relata la intensa amistad entre los tres creadores, que se conocieron en la Residencia de Estudiantes de Madrid. (Fuente: Diario de Jerez)
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Lorca completaba sus estudios de Derecho y Filosofía y Letras, «ese terrible moscardón del aburrimiento», con lo que aprendía en la Residencia. No había separación entre ciencias y humanidades, e impulsaban todo tipo de nervio artístico -por eso él pintaba, leía, tocaba el piano e incluso actuaba en performances improvisadas con su querido Dalí-. «Y si no hubiera sido por la guerra maldita, la dictadura maldita y la diáspora maldita, España habría sido una nación floreciente porque estaba todo listo para que así fuera», se lamenta su biógrafo. Aunque conoció a Luis Buñuel nada más aterrizar en Madrid con 21 años, no sería hasta cuatro años más tarde, en 1923, cuando atravesó por la puerta un catalán extravagante que le rompería los esquemas.
ResponderEliminarLa relación que se estableció entre ellos tres fue arrolladora pero no carente de sombras, como quedó patente en sus misivas. Al final, al tiempo que pasaban en la Residencia había que sumarle una incesante vida social y nocturna que daba lugar a una sublimación de las pasiones. «Todos gastaban alegremente el dinero de sus padres en zarzuelas, teatros y en el Rectors Club», rememora el biógrafo, quien asegura que entablaron una relación especial con los músicos neoyorquinos, a los que querían llevar a tocar a la Residencia. «La gente de Madrid hablaba mucho. »
Buñuel y Lorca estaban en sintonía ideológica, pero el único diferente era Dalí, «que tenía un buen cacao». Dalí se resistía ferozmente a esa conquista por miedo a ser señalado como gay. Ya le estaba ocurriendo a Lorca en la propia Residencia, donde muchos de sus compañeros murmuraban sobre ese «defecto» que les hacía distanciarse. Incluso su gran amigo Buñuel le vilipendiaba por su sexualidad.
Buñuel nunca habló así a posteriori de Lorca, tampoco reconoció su dura crítica al Romancero Gitano ni la envidia que sentía por su relación con Dalí. «Cuando entrevisté a Dalí, lloró recordando a Lorca», dice Gibson, señalando que obviar la homosexualidad de Lorca es no entender su obra ni la razón de su muerte. Pero nada puede borrar el legado que nació en la Residencia de Estudiantes, donde los tres consolidaron la «época dorada» de una institución llamada a revolucionar el Madrid de los años 20.
JoelGonzalez.
Por lo que cuenta Dalí, ese amor no fue correspondido. Pero en mi opinión, yo creo que Dalí si sentía algo por Lorca, ya que si de verdad no sentiría nada, no hubiese hecho un trato, o no le daría posibilidades a Lorca, a que tuviese relaciones con él; en esa situación,yo creo que Dalí igual no estaba enamorado, pero si sentía atracción, lo que pasa que como en esa época, además de que era poco habitual ver homosexuales, estaba mal visto; ya que para la gente de ese siglo era una relación extraterreste o anormal; y Dalí tenía miedo por "el que dirán", pero Lorca fue fuerte y tampoco lo escondió. Menos mal que ahora, se está normalizando, aunque haya gente, todavía que lo vea raro, o que no lo acepte.
ResponderEliminarKasandra Garcia
ResponderEliminarDurante los años 20 del pasado siglo, en plena Edad de Plata de la cultura española, coincidieron en la madrileña Residencia de Estudiantes tres de los que más tarde serían grandes genios internacionales en diferentes artes como lo son el cine, la literatura y la pintura: Buñuel, Lorca y Dalí.
ResponderEliminarEl primero en llegar a la Residencia de estudiantes fue Buñuel. A los 17 años, terminado el bachillerato en Zaragoza se traslada a la capital para cursar estudios universitarios, alojándose en la Residencia, donde pasaría los siguientes siete años de su vida.
Al año de que Buñuel entrase en la residencia, llega un joven Lorca desde Granada.
Dos años después de la entrada de Federico García Lorca en la Residencia, completa el trío un Salvador Dalí adolescente, tímido e inseguro, pero que ya muestra su extravagante estilo.
No tardan en hacerse amigos, y empezar a buscar la manera en la que expresarse: Lorca a través de la poesía y la dramaturgia, Buñuel ensayando la puesta en escena en teatro con sus compañeros que más tarde desembocaría en la grabación cinematográfica, y Dalí intentando encontrar su propio estilo a través de obras impresionistas, cubistas e incluso futuristas.
Los tres interactuaron mucho con sus obras. A Dalí le apasionaban los versos de Lorca, aunque él decía que era demasiado burro para entender la poesía. A Buñuel le ayudaron Lorca y Dalí a montar locas versiones de Don Juan Tenorio que representaba para sus compañeros de la Residencia. Por su parte, los cuadros de Dalí fascinaban a Lorca y a Buñuel.
Lorca y Dalí empezaron a tener una relación mucho más estrecha, lo que provocó celos por parte de Buñuel. Tras la Semana Santa de 1925 que Lorca pasó en casa de la familia Dalí en Cadaqués, Lorca comenzó a escribir su “Oda a Salvador Dalí” , dándosela a conocer al pintor con cuentagotas, mostrándose éste ansioso por conocer completo el texto, tal y como se refleja en la correspondencia que los dos amigos mantienen. En 1926 por fin se publica el poema al completo en la “Revista de Occidente”. Dalí queda asombrado con la belleza de los versos que Lorca ha escrito sobre él, aunque admite que no entiende en muchas ocasiones los términos con los que se refiere a sus pinturas. Con éste poema publicado, Lorca deja bien claro el afecto que siente hacia el artista de Figueres, haciendo gala de la pasión y la delicadeza tan típicamente lorquiana. Durante esta correspondencia que ambos mantienen por correo, se intercambiaran dibujos, poemas y vivencias.
Se considera que san Sebastián es una respuesta a la oda, donde Dalí admite que no tiene los mismos sentimientos que Lorca. Aún así, Dalí diseña los decorados para la segundo obra de Lorca: Mariana Pineda.
Por su parte, Buñuel observa la relación que hay entre el granadino y el catalán con recelo. La amistad que había entre ellos se traba, y arremete sobre todo contra Lorca, de quien llegó a decir en cartas a Pepín Bello que estaba absorbiendo completamente a Dalí no dejándole irse a París para que creciese como artista. Finalmente, en el año 1929, la relación entre Lorca y Dalí se enfría completamente. El pintor viajará a París donde conocerá a André Breton y el resto de personas que conformaban el grupo de surrealistas, que marcarán el resto de su obra.
En años posteriores, Buñuel y Dalí colaborarán el películas como “Un perro andaluz” (1929) y “La edad de oro” (1930).
Paula Garazi Cortés.
Dalí expresa, que ese amor no fue correspondido. Pero en mi opinión, yo veo que Dalí estaba enamorado de Lorca, lo que pasa es que en esa época ver homoxesuales estaba mal visto por las personas, para ellos ver una relación homoxesual no era normal justo al revés era anormal y por esa razón yo creo que Dalí tenía miedo de que hablaran mal de él por ser homosexual, por otro lado Lorca y Buñuel no escondían el hecho de ser homosexuales.
ResponderEliminarGorka Rodríguez.
A mi parecer Dalí, estaba enamorado de Lorca pero, el sentía que era un amor no correspondido. En esa época también estaba mal visto y no era tan común, como ahora ver a alguien homosexual, por eso Dalí tampoco quería expresar sus sentimientos, por miedo, todo lo contrario a lo que hizo Lorca al confirmar su homosexualidad.
ResponderEliminarAsier Echeandia
Salvador Dalí y Lorca se conocieron en la residencia de estudiantes de Madrid. Su relación era muy cercana y por ello Lorca dio el primer paso con Dali. Entre ellos concretaron un trato que nunca llego a cumplirse. Salvador aunque seguramente estaría enamorado de Lorca, por la sociedad y las ideologías homosexuales de esa época nunca llego a reconocer haber sentido nada por el, en cambio Lorca siempre mostró sus sentimientos hacia el sin importarle la opinión de la gente.
ResponderEliminarIker Pesquera.
En mi opinión Dalí, estaba enamorado de Lorca, aunque ese amor no llegó a ser correspondido.
ResponderEliminarDalí se resistía ferozmente a esa conquista por miedo a ser señalado como gay.
Ya le estaba ocurriendo a Lorca en la propia residencia,donde muchos de sus compañeros murmuraban sobre ese "defecto" que les hacía distanciarse.
Incluso su gran amigo Buñuel le vilipendiaba por su sexualidad.
Aroa Castro.
Desde mi punto de vista, todo parecía ser un círculo de amistad entre los tres amigos a medida que se iban conociendo. Todo parecía salir y fraguar bien. Hasta que Lorca se enamoró de Dalí. Lorca sufrió varios reproches de los residentes en la Residencia, y, ya que Dalí no quería sufrir esto, no lo dijo, aunque él si estaba enamorado de Lorca.
ResponderEliminarMás tarde, Buñuel trataría de alejar poco a poco a Dalí de Lorca. Con esto, se consiguieron varias colaboraciones, una de ellas era "El perro andaluz". Al ver que en esta película no aparecían los créditos dándole a Dalí el mérito de ser un colaborador y guionista, se enfadó mucho, y se separaron.
En conclusión, desde mi punto de vista, ha sido un trío maravilloso con sus más y sus menos, con sus amores y sus enfados, y los más importante, que han marcado en la historia de los distintos artes de este país siendo un trío de plata.
Yasmin Acharoui
Todos sabemos que Dalí era un completo retraído y amigo de Franco. Lorca y Dalí seguramente tendrían una apasionada relación cuál ponía celoso al pobre Buñuel que quedaba un poco apartado del grupito y más tarde aprovechaba para dejar apartado a Lorca en la película “un perro andaluz”.
ResponderEliminarPero todo se torció cuando Lorca aceptó su sexualidad abiertamente. Un señor tan católico y amigo de falangistas como era Dalí , tenía miedo de que su imagen quedara manchada por un romance suyo y ahí se partiría todo...
Más tarde Lorca terminaría fusilado por homosexual y socialista, pero su recuerdo jamás se borraría de los sueños y memorias de Buñuel y Dalí y hasta sus muertes le seguirían recordando.
Aitor Páramo